miércoles, 2 de julio de 2014

Locura, hermosa palabra.

Por Tamara Alonso Agudo. Entra dentro del grupo de minirelatos Sinsentidos.

Renegué de mí porque no quería ser yo, quería ser otra persona para contemplarte desde la ignorancia de quien no conoce, para verte por primera vez, para descubrirte. Quería la vida, quería el fuego, quería la locura y el deseo. Pero el tiempo pasó y todo cuanto quería se tornó azul, negro, cenizas. El gris de la niebla que cubre los prados, la escarcha y el rocío; todo aquello que algún día soñé y que en la juventud del pensamiento nació, fue a morir cuando parpadeaste, porque una lágrima cayó. Escribo esto desde el exterior, porque estoy fuera de mí, pero sigo siendo yo; no lo he conseguido. Y sin embargo siento que puedo, pero en el último momento hay un instinto, una llamada que me dice que pare, que nada tiene sentido. Y pienso, y no lo tiene. Porque el sentido se lo damos nosotros, y quien carece de algo no lo puede dar.
La vida es fría como el hielo, y ella dice: el hielo es frío como yo. Pero el hielo también quema, y la vida quema cuanto más la piensas. Vida y hielo son uno, como tú y locura sois otro. Locura, hermosa palabra.


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